Un poco de mí...

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SOY UN CONJUNTO DE QUEJAS, SINCERA Y GRITONA, ME ENCANTA SOÑAR, ESCRIBIR, VOLAR, RESPIRAR, LUCHAR, AMAR...ESTOY ENAMORADA DE LAS RISAS, VIVO A TODA HOSTIA PORQUE ME DA MIEDO DARME CUENTA DE LA REALIDAD... PERO A PESAR DE ESO, LA VIDA ME JUEGA MALAS PASADAS. ODIO EL PASO DEL TIEMPO Y QUE LA GENTE LLORE. ME ENCANTA SONREÍR, EL CHOCOLATE CON CHURROS, EL CAFÉ CON LECHE, LAS PIPAS, LOS PASEOS POR LA PLAYA UN DÍA DE INVIERNO, LA FOTOGRAFÍA Y PLASMAR A TRAVÉS DE LAS TECLAS DE MI ORDENADOR, TODO LO QUE HAY EN MI.

lunes, 24 de octubre de 2011

 II

La ciudad estaba despertando.

        Grace se sentía tan diminuta al saber que un nuevo día bostezaba sobre ella y que no deseaba otra cosa más que conseguir que las horas transcurriesen veloces y sin dolor.

        Alemania se difuminaba a través del cristal empañado, el ruido de la lluvia golpeaba contra los tejados y mientras tanto, Grace sólo deseaba poder ser donante de tiempo y regalar cada uno de los segundos que a ella le sobraban a alguien que verdaderamente los necesitase. Sí, ojalá lo pudiese hacer y dar todas sus horas a cambio de un suspiro con el que poder acostarse esa noche.

       Ryan había aparecido en su vida de la forma más inesperada, y le había dado un giro de 180º a su rutina. Después de una eternidad, por fin Grace se sentía ilusionada por algo nuevo, por fin se sentía valorada, escuchada, protegida, cuidada... por fin se sentía mujer.

        + Si no quieres, no tienes por qué irte... - le dijo con lágrimas en los ojos.
        
        - Grace, sabíamos que tarde o temprano tendría que irme.

        + Tal vez hubiera sido más sencillo no haber empezado nunca con esto, verdad?

        - Ya, pero lo hicimos. Si me hubieses hecho caso, todo sería mucho más fácil ahora.

Grace resopló fuertemente recordando cada mirada desafiante a la par que intimidadora, cada conversación y cada encuentro en el que leía las miles de sonrisas que descubría ocultas en los labios de Ryan. 
Recordó también las primeras palabras, los tonteos absurdos, los regalos  y la primer noche que cayó rendida sobre las sábanas de su cama.

        - Esto no tiene futuro...

Sus palabras escocían en el alma de Grace, tal y como lo hace la sal recorriendo las heridas que todavía están por cerrarse.

        + ¿De verdad te importa el futuro? ¿En serio me estás diciendo que prefieres irte y olvidarme para siempre?

        - No me lo hagas más difícil, esto iba a pasar, lo sabíamos. Y ¿lo ves? todo esto te pasa por arriesgar.
Grace, el futuro pertenece a la gente inteligente, a la que gente que piensa las cosas.

La mirada de Grace se desvanecía tras cada palabra que Ryan soltaba por su boca.

        + Ojalá dejases de lado esa coraza que te has puesto en el corazón. ¿A caso no soy nada para ti?

Alemania y el corazón de Grace palidecían cada vez más y más, y cada vez mucho más deprisa.

Ponía las cartas sobre la mesa y sabía a la perfección que Ryan era alegría y chocolate con churros en la cama para desayunar, sin embargo, Adam era discusiones y un futuro certero; 4 años de noviazgo y una llama intentando sobrevivir en mitad de la tempestad. 
Pero en cualquier caso, Adam no merecía el engaño, no se merecía compartir a su novia secretamente con los labios y el cuerpo de algún alemán.

        - Grace, yo...

        + Tranquilo, no hace falta que digas nada - dijo con el corazón en una mano...- No hay nada que yo pueda hacer, tú has decidido llevártelo todo contigo en la maleta. 

Y se fue... por más que intentó alargar aquel momento, su intención de ignorarla con toda su indiferencia, no iba  a cambiar. Enfadada con el mundo, Grace le dio un puñetazo a la pared y buscó sus ojos en la distancia, no entendía como era capaz de irse sin más. Pero lo hizo.