Por primera vez tengo la sensación de que la vida me ha enamorado, me ha follado de forma salvaje y me ha abandonado en una habitación asquerosa de un motel de malamuerte.. y que además, no tiene la intención de volver a llamarme y a mí sólo se me llena la cabeza de pensamientos desagradables, de vacío, incluso hasta de autodestrucción, de muerte...
Claro, al llegar a este límite, te animas, te miras al espejo mientras te limpias las lágrimas, bebes un trago de vodka y piensas en todas las cosas que te quedan por hacer, la ropa que te queda por comprar, los proyectos que te quedan por realizar...y te sientas frente a un folio para escribir esa estúpida lista que todos los mortales hacemos alguna vez, con los propósitos para el nuevo año, para nuestra nueva vida, aún a sabiendas de que no conseguiremos cumplir ni la mitad.
Cuando eso pasa, te das cuenta de que es momento de salir a la calle, encender un cigarro y esperar; sí, esperar a que algo suceda. Porque está claro que si no estuvieses ahí fuera, seguirías encerrada en tu cuarto, rodeada de botellas de vodka vacías y pensando en las múltiples maneras en las que podrías morir sin sentir algún tipo de dolor; entonces sólo aspiras, cierras los ojos y llenas tu organismo de humo ya que es lo único que entra en tu cuerpo y te da calor. Intentas evitar que todos esos recuerdos sigan martirizándote, maltratándote, acorralándote... echas el humo y vuelves a aspirar.
Tengo la sensación de que la gente me tiene miedo, nadie se atreve a tomarse una copa conmigo, nadie me ofrece fuego, nadie se para a mirarme y nadie sospecha que realmente no aguardo nada. Nadie pretende violar mi "voluntad", pero sigo esperando algo que me anime a seguir consumiendo este cigarro, antes de que termine de consumirme a mí misma...
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